domingo, 28 de abril de 2013

Cuestionario

1. ¿Qué géneros teatrales son los dominantes en la la posguerra?
2. Cita dos autores representativos del drama ideológico.
3. ¿Qué temas trata el teatro de la posguerra?
4. ¿Qué nombre recibe la revista donde se refleja el teatro humorístico?
5. ¿Cuáles fueron las dos obras más destacadas de Jardiel Poncela?
6. ¿Cuál es la obra teatral más destacada de Miguel Mihura?
7. ¿Cuáles son las características del realismo social?
8. ¿Qué título recibe el primer drama de Antonio Buero Valle?
9. ¿Qué busca el nuevo drama español?

10. ¿Porqué se preocupa el teatro de Sastre?

1. Tendencias teatrales en los años cuarenta


La crisis social y económica que sufre España en las décadas de 1940 y 1950 impone  serias restricciones al teatro de la época: por un lado, las infraestructuras están  desmanteladas, por otro la censura vigila cualquier manifestación que ponga en entredicho  el “nuevo orden” establecido. De ahí que la mayoría de las obras repitan argumentos bastante manidos o se decanten por un humorismo más fácil y folklórico.


Sin embargo, una  serie de dramaturgos se empeñan en devolver al teatro una función más comprometida con  la realidad. Piensan que el teatro (el arte en general) tiene la obligación de mostrar los  conflictos y contradicciones que afectan a la sociedad actual y al individuo concreto que  asiste a la representación, para generar procesos de reflexión y cambio en el público y en su  mundo.
El tema de lo que la Guerra Civil supuso para España y sus habitantes forma parte  de esta reflexión y está presente también en la novela y en la poesía.

En la posguerra, los géneros dominantes son la comedia de evasión y el drama ideológico o político, dos tendencias que se mantienen en el teatro posterior:
El teatro de los primeros años de posguerra es bastante pobre. Está marcado por la ausencia de dramaturgos insustituibles, como Valle-Inclán o Lorca. A ello se suman otros factores determinantes, como la censura, el aislamiento cultural y la dependencia respecto a los intereses empresariales.

En los años cuarenta triunfan en la escena dos géneros muy diferentes: la comedia de entretenimiento y el drama ideológico o político, que viene a justificar el orden establecido.
Esas corrientes marcan las dos tendencias del teatro posterior:
· El teatro humorístico, con Jardiel Poncela y Miguel Mihura.
· El drama ideológico, con Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.
                                                              Jardiel Poncela


                                                              Alfonso Sastre
                                                                        
                                 

2. Características del teatro de la posguerra


El teatro predominante en España fue el teatro burgués y la alta comedia, centrado en el entretenimiento de la clase media urbana. Creado por Jacinto Benavente y Enrique Jardiel Poncela, su fórmula fue la dueña de la escena española durante décadas.

                                                            Jacinto Benavente

Rasgos:
El entretenimiento ya que sigue la línea más habitual del teatro cómico, dramas de tesis y dramas históricos.
Los valores tradicionales, debido a que se defienden la honradez, el trabajo, la fidelidad y el amor conyugal.
 La crítica contenida, puesto que se centra con moralismo en las costumbres de la clase media desde una perspectiva amable.
 El final feliz, ya que se añade además una gran dosis de sentimentalismo trivial al final de las obras.

Temas
En cuanto a los temas, hay dos tipos de obra:
 - El Mundo real, donde los temas giran en torno a un problema de desavenencia amorosa, infidelidad conyugal o problemas económicos, con obras como Una muchachita de Valladolid (1957) de Joaquín Calvo Sotelo, o Celos del aire (1950) de José López Rubio.
Propaganda de Una muchachita de Valladolid


- El Mundo poético, donde introducen un elemento inverosímil y crean un mundo fantástico que distorsiona la realidad, con obras como Tres sombreros de copa (1932) de Miguel Mihura.

Estilo
Estéticamente, las características de este teatro son: Las piezas redondas, que son piezas con diálogos correctamente construidos, un lenguaje literario muy cuidado y una estudiada gradación del interés y de las reacciones que se intentan obtener del público.
Los ambientes burgueses, situando la acción en interiores refinados o aristocráticos.
Los personajes pertenecen a la burguesía media o alta y en ocasiones a la nobleza.
Las técnicas cinematográficas, introduciendo saltos temporales y cambios de lugar, aportando dinamismo a las acciones.

3. El teatro humorístico


El teatro humorístico de posguerra se basa en un humor intelectualizado.
Los rasgos principales son situaciones inverosímiles y diálogos regidos por una lógica poco convencional. Donde aparecen juegos de palabras, ironías o diálogos vivaces.

Muchas veces se esconde una visión amarga y escéptica de la realidad, bajo la situación más absurda aparece una crítica a la sociedad.

Este tipo de teatro, el teatro humorístico aparece con la revista La Codorniz con un grupo de humoristas que escriben en ella sátiras basadas en un humor bastante intelectualizado. Unos de estos escritores fueron Jardiel Poncela y Miguel Mihura.

Como ya sabemos la sátira es un subgénero lírico que expresa indignación hacia alguien o algo, con un propósito moralizador o simplemente burlesco.

Jardiel Poncela fue novelista y dramaturgo, trató de escribir básicamente situaciones inverosímiles y disparatadas que acaban adquiriendo sentido. Su teatro se basaba en un humor disparatado, irónico y futurista con raíces vanguardistas.
Unas de sus obras son: Eloísa está debajo de un almendro (1941).
Y Los ladrones somos gente honrada (1942).

4. Miguel Mihura (Biografía)


Miguel Mihura Santos fue un escritor, historietista y periodista español, nació el 21 de julio de 1905 y murió el 28 de Octubre de 1977 en Madrid.
Mihura fue un niño muy hipocondríaco y sensible, durante su juventud abandonó sus estudios para dedicarse al humor y las pequeñas historietas en revistas mensuales o semanales.

A la edad  de 20 años, empezó a trabajar como periodista, durante esos años adoptó cierta actitud bohemia, mantenía tertulias en cafés en los cuáles conoció a importantes periodistas humorísticos como Edgar Neville y Enrique Jardiel Poncela este último le influyo mucho en este género. Mihura acabó siendo uno de los fundadores de revistas cómicas como La Ametralladora y La Codorniz.

Mihura empezó a escribir antes de la guerra, aunque su reconocimiento fue tardío, en el año 1932 escribió Tres sombreros de copa pero hasta 1952 no fue representada, se dice que es una obra maestra del teatro humorístico, algunos de los temas de esta obra son las restricciones y el convencionalismo, la libertad y la imaginación.

En el transcurso de la Guerra Civil Española, se refugió en la ciudad vasca de San Sebastián con el bando nacional y militó en la Falange Española, donde fue director de una revista propagandística para los soldados de el frente, más tarde esta revista se convertirá en La Codorniz, que fue considerada el estandarte paródico de las convenciones sociales del país en ese momento.

Miguel Mihura exploró nuevas fronteras teatrales, la crítica encontró dos posturas en el autor, en una el deseo de responder a las exigencias estéticas del público burgués y en la otra sus propias exigencias de libertad creativa.
Se le ha llegado a elogiar como el precursor del teatro absurdo, por combinar elementos trágicos y absurdos. Algo que diferencia a este autor de los contemporáneos de su época es la carga poética que tiene su género, ya que los personajes tienen una enorme dosis de humanidad.

5. Miguel Mihura (Obras)


Sus obras se clasifican en dos periodos:
- Primer periodo (1932-1946): predomina el enfrentamiento entre los protagonistas y el entorno social.
- Segundo periodo (1946-1968): obras de cómico-costumbristas, policíacas y de enredo.

Una de las obras más importantes de Miguel Mihura es Tres sombreros de copa (1952) fue estrenada casi dos décadas después de ser escrita y publicada en 1947. Esta obra trata sobre el amor entre 2 personajes de mundos opuestos, Paula y Dionisio.
Mihura utiliza el humor para ir contra los tópicos y el esteriotipo de la sociedad burguesa, escribe situaciones cómicas y embarazosas.





Otras de sus obras imprescindibles del teatro humorístico son:
 · El caso de la señora estupenda (1953) que trata sobre la sospecha de Victoria (la mujer de la casa) sobre si es quien dice ser.


· ¡Sublime decisión! (1955) que explica la historia de Florita que es la típica mujer de la casa del s.XIX y que decide emanciparse y probar suerte en el mundo laboral.









· Melocotón en almíbar (1958) es la obra sobre cinco atracadores que quieren cometer su último robo pero uno de ellos cae enfermo y viene a tratarlo una monja llamada Sor Maria que descubrirá el botín.






· La bella Dorotea (1963) habla sobre la historia de Dorotea hija de un cacique rural. Su mayor aspiración es contraer matrimonio. Por culpa de las habladurías de los vecinos que dicen que el pretendiente solo corteja a la muchacha por su dinero, ésta nunca termina casándose. Se explica como es finalmente abandonada en el altar y como comenzará a deambular por el pueblo para remover la consciencia de sus vecinos.

· La decente (1968) trata sobre Nuria y Roberto que se conocen a raíz de un accidente de aviación, después de ser rescatados cada uno vuelve a su hogar. Cuando se vuelven a encontrar se confiesan su amor el uno por el otro, pero Nuria está casada, es el único obstáculo. Ella le pide a él que lo mate pero él se niega. A la mañana siguiente aparece muerto el marido y comienzan las investigaciones.

6. Del drama ideológico al teatro realista social


Como en otros géneros en el teatro de los años cuarenta aparece una corriente existencial (debate entre radicales y posibilistas) que evoluciona hacia el realismo social en lo que duró los años cincuenta.

Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre marcan dos mitos históricos en el teatro social y político de esta época. Movidos por su instinto de rebelión, muestran su disconformidad con el sistema vigente a través de sus escritos.  

En 1949, con el estreno de Historia de una escalera de Buero Vallejo, comienza el nuevo drama español, fundado en la necesidad del compromiso de la realidad inmediata, en la búsqueda de la verdad y en la renuncia tanto a la evasión lírica como al tremendismo ideológico. Nace un drama realista que se consolida con la obra Escuadra hacia la muerte (1953) de Alfonso Sastre. A ellos se unió otro grupo de dramaturgos como Martín Recuerda, Lauro Olmo o Carlos Muñiz.



















Son dos formas diferentes de entender la protesta: política, en el caso de Sastre; social, en el de Buero Vallejo.